El Centro Común de Investigación (JRC) de la Comisión Europea ha publicado un informe bajo el título ‘Panorama general del despliegue del almacenamiento de energía en Europa’, donde se ofrece un análisis del despliegue de tecnologías de almacenamiento de energía en Europa, identificando el estado actual y el marco normativo. El documento ofrece una visión general completa del panorama del almacenamiento de energía en Europa, destacando perspectivas clave para los responsables políticos y las partes interesadas del sector. El informe concluye destacando las crecientes expectativas en torno al almacenamiento con baterías de iones de litio, la continua importancia de la energía hidroeléctrica de bombeo y el considerable potencial del almacenamiento de energía para impulsar la integración de las energías renovables.

Las tecnologías de almacenamiento de energía son cruciales para un sistema energético seguro, resiliente y con bajas emisiones de carbono, pero su implementación se ve obstaculizada por diversos desafíos. Este informe analiza el despliegue de tecnologías de almacenamiento de energía en Europa, identificando su estado actual y el marco normativo.
Almacenamiento de energía en Europa
El documento del JRC señala que el despliegue de la electricidad renovable en Europa ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años, con la energía eólica y la solar fotovoltaica a la cabeza. No obstante, este crecimiento también plantea desafíos para la estabilidad y flexibilidad del sistema eléctrico. Al mismo tiempo, el sistema energético evoluciona en respuesta a cambios tecnológicos y de mercado más amplios.
Según el informe, la creciente electrificación en todos los sectores y la digitalización están transformando los patrones de consumo y producción de energía. Esto crea nuevos requisitos para la planificación de la red, el diseño del mercado y las soluciones de flexibilidad. El mercado se está adaptando a estas tendencias, con el surgimiento de nuevos modelos de negocio en los sectores comercial e industrial, una mayor rentabilidad de la inversión y la disminución de los costes de tecnologías clave como las baterías.
El almacenamiento de energía cumple una doble función para responder a estas necesidades cambiantes: mitiga la intermitencia de las energías renovables, mejora la estabilidad de la red y permite un mejor uso de la generación variable. Este informe identifica que la potencia esperada en proyectos de almacenamiento de energía es superior a la potencia operativa, lo que indica una sólida cartera de proyectos en desarrollo. La energía hidroeléctrica de bombeo es actualmente la tecnología dominante, pero se prevé un despliegue masivo de baterías en los próximos años. Por lo tanto, se espera que una combinación de tecnologías de almacenamiento de energía maduras y novedosas aborde ambos desafíos mencionados (estabilidad y flexibilidad), apoyando las fuentes de energía renovables y ofreciendo las nuevas capacidades requeridas por el mercado.
Desde una perspectiva política, el almacenamiento de energía está ganando reconocimiento, pero se necesitan más avances, según señala el informe. Por último, el informe presenta ejemplos reales de Grecia, Alemania, la Península Ibérica y el Reino Unido, con diferentes tecnologías y enfoques, que muestran los beneficios de la instalación de almacenamiento y las lecciones aprendidas de estas experiencias.
También muestran la importancia de unas señales regulatorias claras, la colaboración entre las partes interesadas y unos sistemas de apoyo flexibles adaptados a las condiciones específicas del mercado. Los datos reflejan que la diversidad de enfoques nacionales destaca la importancia de un diseño de políticas a medida, a la vez que subraya la necesidad de una visión compartida a nivel de la UE sobre la adopción del almacenamiento de energía.