Un tercio de los proyectos eléctricos se han retrasado o reprogramado, más de la mitad de los proyectos se encuentran en etapas más avanzadas, y se prevé que el 72% de los proyectos eléctricos entren en funcionamiento en 2030. Son algunas de las conclusiones del seguimiento de proyectos de interés común (PCI) y proyectos de interés mutuo (PMI) llevado a cabo por la Agencia de la Unión Europea para la Cooperación de los Reguladores de la Energía (ACER), que ha analizado el estado y el progreso de los proyectos incluidos en la primera lista de la UE de PCI y PMI (2024); proyectos que abarcan las categorías de electricidad, hidrógeno, dióxido de carbono, electrolizadores e infraestructura de gas. Este año el seguimiento abarca 130 proyectos.

Los resultados del seguimiento de ACER muestran que la mayoría de los proyectos de infraestructura se ejecutan a tiempo, pero los plazos de puesta en servicio son ambiciosos. Los resultados se presentan por primera vez a través de un panel interactivo que ofrece un resumen detallado del progreso de los proyectos, su tratamiento regulatorio y su situación financiera. Además, el panel se complementa con resúmenes de cada proyecto.
Proyectos de interés común y proyectos de interés mutuo
Los conceptos de proyectos de interés común (PCI) y proyectos de interés mutuo (PMI) se definen en el Reglamento de las Redes Transeuropeas de Energía (Reglamento RTE-E). Se trata de proyectos energéticos clave diseñados para aumentar la integración de las redes y los mercados, así como para impulsar la descarbonización de las redes de infraestructura entre Estados miembros de la UE (PCI) o con países no pertenecientes a la UE (PMI).
La Comisión Europea se encarga de seleccionar y publicar las listas de PCI y PMI cada dos años, y ACER de supervisar su progreso basándose en los datos presentados por los promotores de proyectos y las autoridades nacionales competentes.
Electricidad e hidrógeno
El análisis de ACER abarca un total de 130 proyectos, que abarcan las categorías de electricidad, hidrógeno, dióxido de carbono, electrolizadores e infraestructura de gas.
Los resultados muestran que un tercio de los proyectos eléctricos se han retrasado o reprogramado, principalmente debido a problemas de implementación en las etapas iniciales o a retrasos en las obras de construcción. Más de la mitad de los proyectos se encuentran en etapas más avanzadas: el 30% está en construcción, el 23% en la fase de permisos y el 2% ya está en funcionamiento. Y en total, se prevé que el 72% de los proyectos eléctricos entren en funcionamiento para 2030.
De los 34 proyectos de hidrógeno analizados, 33 avanzan según lo previsto y se espera que más del 90% entre en funcionamiento en 2030. Sin embargo, la mayoría de los proyectos aún se encuentran en una fase inicial de desarrollo: solo el 1% está en la fase de permisos y el resto en etapas menos avanzadas.
Otras conclusiones del análisis revelan que, de todos los proyectos revisados, 23 recibieron subvenciones del Mecanismo Conectar Europa (CEF) de la UE para obras y 15 para estudios. Y que la concesión de permisos, la construcción y la evaluación del impacto ambiental son las fases que consumen más tiempo a la hora de conectar proyectos de infraestructura a la red, tomando en promedio 4,3 años, 3,8 años y 2,6 años respectivamente.
En los próximos meses, los resultados del seguimiento de ACER serán examinados por los grupos regionales (integrados por expertos de los Estados miembros de la UE, operadores de sistemas de transporte y distribución, así como por reguladores de energía y la Comisión Europea) como parte del proceso de selección para la lista de la Unión de 2025.