El nuevo informe de la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés) ‘Perspectivas mundiales de minerales críticos para 2025’ revela que, aunque los mercados actuales de minerales críticos pueden parecer bien abastecidos, una combinación de creciente concentración de la oferta en un puñado de países y la propagación de restricciones a las exportaciones está aumentando el riesgo de interrupciones. Este informe de la IEA analiza lo que está en juego y las medidas necesarias para mejorar la resiliencia y la diversidad de las cadenas de suministro de minerales críticos, una preocupación clave para garantizar la fiabilidad, la asequibilidad y la sostenibilidad de la energía en el siglo XXI.
La edición 2025 del informe anual ‘Global Critical Minerals Outlook’ de la IEA presenta los datos y análisis más recientes sobre la oferta, la demanda, la inversión y otros aspectos de los minerales clave relacionados con la energía, como el cobre, el litio, el níquel, el cobalto, el grafito y las tierras raras.
Además, el informe incluye un Explorador de datos de minerales críticos actualizado, una herramienta interactiva que permite a los usuarios explorar las últimas proyecciones de la IEA. Y por primera vez también incluye un análisis de una gama más amplia de minerales estratégicos relacionados con la energía que desempeñan un papel fundamental en los sectores de la alta tecnología, la industria aeroespacial y la fabricación avanzada.
Concentración de los mercados de minerales críticos
El informe concluye que los mercados de minerales críticos se han concentrado más, especialmente en lo que respecta a la refinación y el procesamiento. En el caso del cobre, el litio, el níquel, el cobalto, el grafito y las tierras raras, la cuota de mercado promedio de los tres principales productores aumentó al 86% en 2024, desde aproximadamente el 82% en 2020.
En concreto, casi todo el crecimiento de la oferta provino del principal proveedor: Indonesia para el níquel y China para el resto de los minerales.
Un análisis detallado de la IEA sobre los proyectos anunciados indica que el progreso hacia cadenas de suministro de minerales críticos más diversificadas será lento. Según la configuración política actual y las tendencias de inversión, se prevé que la participación promedio de los tres principales proveedores disminuya solo marginalmente durante la próxima década, volviendo a los niveles de concentración observados en 2020.
Aumento de la demanda de minerales críticos clave
Por otro lado, el informe muestra que el crecimiento de la demanda de minerales críticos clave ha sido sólido en los últimos años. La demanda de litio aumentó casi un 30% en 2024, superando significativamente la tasa de crecimiento anual del 10% registrada en la década de 2010. Sin embargo, los importantes aumentos de la oferta, liderados por China, Indonesia y partes de África, han presionado a la baja los precios, especialmente los de los metales para baterías. Desde 2020, el crecimiento de la oferta de metales para baterías ha duplicado la tasa observada a finales de la década de 2010.
Pero al analizar el equilibrio entre la oferta y la demanda durante la próxima década, el informe también detecta riesgos. El impulso de la inversión en minerales críticos se ha debilitado: el gasto creció tan solo un 5% en 2024, frente a un aumento del 14% en 2023. La actividad de exploración se estancó en 2024, lo que marca una pausa en la tendencia alcista observada desde 2020, y la financiación de empresas emergentes mostró indicios de desaceleración.
En particular, el informe destaca los principales riesgos que enfrentan los mercados del cobre. Con un aumento previsto de la demanda a medida que los países buscan expandir sus redes eléctricas, la cartera actual de proyectos mineros de cobre apunta a un déficit de suministro del 30% para 2035.
Tecnologías de baterías emergentes
El informe de Perspectivas mundiales de minerales críticos de este año también analiza las cadenas de suministro de minerales para tecnologías de baterías emergentes, como las baterías de litio-ion (LFP) y las de iones de sodio, que suponen un reto para las baterías de iones de litio basadas en níquel.
El informe señala que estas tecnologías aún enfrentan altos riesgos de concentración, ya que China controla las cadenas de suministro de componentes materiales clave como el sulfato de manganeso y el ácido fosfórico.