El centro tecnológico Cartif se ha unido a la EnergyGuard Testing & Experimentation Facility (TEF) para impulsar la inteligencia artificial confiable en toda la cadena de valor energética europea. En concreto, Cartif trata de conectar diferentes fuentes y tecnologías energéticas -fotovoltaica, microcogeneración SOFC, bancos de baterías (eléctricos e hidrógeno), cargas electrónicas y minielectrolizadores- en una sola réplica viva de un edificio terciario. Gracias al uso de estándares como OPC-UA y MQTT, los desarrolladores pueden intercambiar gemelos digitales y equipos físicos sin cambiar código, validando sus algoritmos en diferentes entornos.

Bajo el marco del programa Horizonte Europa, el proyecto EnergyGuard arrancó en enero de este año y tiene una duración prevista de tres años. Integra cinco laboratorios a gran escala y Meluxina -el superordenador más ecológico de Europa- en un único servicio. El resultado es crear una ventanilla única donde startups, pymes consolidadas y grupos de investigación puedan desarrollar, probar y certificar herramientas de IA en condiciones reales, sin riesgos del mundo real.
Coordinado por el Instituto Universitario de Investigación en Comunicaciones y Sistemas Informáticos (Grecia), el consorcio de EnergyGuard se compone de diversos miembros de países europeos, entre ellos España. Además de Cartif, los socios españoles son el Ceder-Ciemat y Tecnologías Forestales FORA.
De cara al futuro, el centro tecnológico Cartif aprovechará su participación en EnergyGuard para impulsar proyectos piloto, liberar conjuntos de datos abiertos y apoyar a empresas emergentes en sus primeras etapas.
Innovación en inteligencia artificial aplicada al sector energético
La red de instalaciones que conforma EnergyGuard se extiende por Portugal, España, Francia, Italia y Letonia, cada una con capacidades singulares que permiten a los innovadores experimentar en todas las fases de la cadena energética. Todo este ecosistema se pone a disposición de los usuarios a través de un portal en la nube que reúne un catálogo de gemelos digitales, conjuntos de datos, modelos y APIs de inferencia.
Por su parte, el superordenador Meluxina, ubicado en Luxemburgo y alimentado al 100% con energías renovables, complementa a los laboratorios físicos de la red EnergyGuard. Su potencia, con decenas de miles de núcleos de CPU y GPU, permite escalar simulaciones complejas manteniendo una huella de carbono transparente. Gracias a espacios de trabajo contenerizados con bibliotecas de código abierto, incluso equipos pequeños pueden aprovechar esta capacidad de cálculo a escala peta sin necesidad de experiencia previa en supercomputación.
Los resultados se integran en el portal TEF en cuestión de minutos, lo que acelera la experimentación mucho más allá de los plazos de los laboratorios tradicionales. Para quienes desarrollan estas soluciones, el sistema supone una gran ventaja: reduce tiempos y costes de validación y, además, ofrece una vía clara para cumplir con la próxima Ley de Inteligencia Artificial de la UE.