El despliegue de baterías en el sector energético aumentó en el mundo más de un 130% en 2023

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En 2023, el despliegue de baterías en el sector energético aumentó más de un 130% interanual, añadiendo un total de 42 GW a los sistemas eléctricos de todo el mundo, según el informe especial de la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés) sobre baterías y transiciones energéticas seguras. En el sector del transporte, las baterías han permitido que las ventas de automóviles eléctricos aumenten de 3 millones en 2020 a casi 14 millones el año pasado, y se espera un fuerte crecimiento adicional en los próximos años.

El informe destaca la versatilidad del almacenamiento en baterías para respaldar la seguridad eléctrica de manera rentable en el marco de la transición energética.

El informe especial de la IEA sobre baterías y transiciones energéticas seguras es el primer análisis exhaustivo de todo el ecosistema de las baterías. El documento analiza el papel que pueden desempeñar las baterías junto con las energías renovables como una alternativa competitiva, segura y sostenible a la generación de electricidad a partir de combustibles fósiles, al tiempo que respalda la descarbonización del transporte por carretera mediante la propulsión de vehículos eléctricos.

Despliegue de las baterías en el sector energético

El aumento de las baterías superó a casi todas las demás tecnologías de energía limpia en 2023, según el informe. Entre los motivos, se encuentran la caída de los costes, el avance de la innovación y las políticas industriales de apoyo que ayudaron a aumentar la demanda de una tecnología que será fundamental para alcanzar los objetivos climáticos y energéticos mundiales.

Los datos del informe revelan que los costes de las baterías han caído más del 90% en menos de 15 años. El tipo más común de baterías, las basadas en iones de litio, generalmente se han asociado con la electrónica de consumo, pero el sector energético representa en la actualidad más del 90% de la demanda total de baterías.

Según el informe, el despliegue de baterías deberá aumentar significativamente desde ahora hasta el final de la década para permitir que el mundo se encamine hacia sus objetivos energéticos y climáticos. En este escenario, la capacidad total de almacenamiento de energía se multiplicará por seis para 2030 en todo el mundo: las baterías representarán el 90% del aumento y la energía hidroeléctrica de bombeo representará la mayor parte del resto.

En 2030 se necesitarán 1.500 GW de almacenamiento en baterías

Al permitir una mayor proporción de energías renovables en el sistema eléctrico y cambiar el suministro de electricidad cuando más se necesita, las baterías ayudarán a avanzar en los objetivos establecidos en la COP28, basados en triplicar la capacidad de energía renovable para 2030, duplicar el ritmo de las mejoras en la eficiencia energética y abandonar los combustibles fósiles.

Para triplicar la capacidad mundial de energía renovable para 2030, se necesitarán 1.500 GW de almacenamiento en baterías. Según el informe, un déficit en el despliegue de suficientes baterías correría el riesgo de estancar las transiciones a energías limpias en el sector energético. Para desplegar las baterías a nivel mundial, el informe indica que los costes deben reducirse aún más sin comprometer la calidad y la tecnología. Además, garantizar la seguridad energética también requiere una mayor diversidad en las cadenas de suministro.

En cuanto a la fabricación mundial de baterías, se ha más que triplicado en los últimos tres años. Si bien China produce la mayoría de las baterías en la actualidad, el informe muestra que el 40% de los planes anunciados para la fabricación de nuevas baterías se realizan en economías avanzadas como Estados Unidos y la Unión Europea. Si se construyen todos esos proyectos, el informe subraya que esas economías tendrían casi suficiente producción para satisfacer sus propias necesidades hasta 2030 en el camino hacia las cero emisiones netas.

 
 
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