Autosuficiencia con energía solar en la isla de Ta’u

Placas fotovoltaicas en la Isla de Ta'u

Placas fotovoltaicas en la Isla de Ta'u

La isla de Ta’u de la Samoa americana del Pacífico Sur es la más grande del Grupo de las Islas Manu’a. Con 45 kilómetros cuadrados de superficie, esta isla paradisiaca de naturaleza exuberante tiene la desventaja común de todos los territorios remotos de altamar: la falta de un suministro energético asequible y fiable, sujeto a racionalización y posibles cortes. Hasta ahora, se abastecían de la importación de diésel para producir electricidad utilizando generadores eléctricos, pero su consumo era limitado.

La isla de Ta’u, de 45 kilómetros cuadrados, hasta ahora utilizaba generadores con diésel para producir electricidad.

Sin embargo, esta situación está comenzando a cambiar. Ta’u cuenta ahora con una parque fotovoltaico y una microrred con almacenamiento en baterías que puede suministrar cerca del 100% de las necesidades energéticas de los habitantes de la isla con energía renovable. Esto proporciona un ahorro de costes alternativo al diésel, eliminando los riesgos de la intermitencia energética y haciendo que los cortes de electricidad sean cosa del pasado.

Esta nueva red eléctrica local, de 1,4 MW de potencia, ha sido desarrollada por Tesla y SolarCity, y aprovecha los más de 177 días soleados al año de los que disfruta la isla para producir electricidad de forma limpia y garantizar un suministro seguro y asequible a sus 600 habitantes.

Paneles solares y baterías

Esta microrred, implementada en un año, consta de dos partes. Por un lado, 5.300 paneles solares fabricados por SolarCity que captan la energía solar y la convierten en electricidad. Y, por otro, 60 baterías Powerpack de Tesla, que se recargan en siete horas y suministran hasta 6 MWh, el equivalente a tres días consecutivos de consumo de la isla sin que haya sol.

La isla de Ta’u cuenta con un total de 5.300 paneles fotovoltaicos de SolarCity.

La estabilidad y asequibilidad energética de la nueva microrred de Ta’u, operada por la Autoridad Energética de la Samoa Americana, proporciona una independencia energética a los cerca de los 600 residentes. El sistema de batería también permite a la isla utilizar la energía solar almacenada por la noche, lo que significa que la energía renovable está disponible para su uso las 24 horas del día de manera constante.

Las 60 baterías Powerpack de Tesla se recargan en siete horas y suministran hasta 6 MWh.

Este proyecto ha sido financiado por la Autoridad de Desarrollo Económico de la Samoa Americana, la Agencia de Protección del Medioambiente y el Departamento del Interior, y se espera que permita a la isla ahorrar costes energéticos de manera significativa. Se espera que el sistema compense el uso de los más de 109.500 galones de diésel (405.150 litros) consumidos al año. Y es que, teniendo en cuenta la escalabilidad de los costes del combustible, junto con su transporte a esta pequeña isla, el impacto de la financiación de este proyecto es sustancial.

Beneficios de la microrred

Los beneficios de esta microrred han cambiado la vida de los residentes de Ta’u. El hospital local, los centros educativos de primaria y secundaria, el parque de bomberos, la comisaría de policía y los negocios locales ya no tienen que preocuparse por los cortes o la racionalización, ya que ahora cuentan con un suministro seguro y limpio, sostenible con el medioambiente. Pero la mayor ventaja es el coste: la microrred con energía solar y almacenamiento elimina los gastos y problemas asociados a la importación y transporte de diésel y proporciona costes energéticos estables durante décadas, a diferencia de los precios fluctuantes de los combustibles fósiles.

Cerca de 600 habitantes que tiene la isla de Ta’u disfrutan de un suministro eléctrico fiable y limpio.

Al igual que hacía la isla de Ta’u, muchas regiones remotas de todo el mundo utilizan el diésel como su principal fuente energética. Ta’u no es una postal del futuro, es una instantánea de lo que es posible ahora. La generación renovable es una solución económica y práctica para un creciente número de localizaciones y necesidades energéticas. Precisamente, las islas que tradicionalmente han dependido de los combustibles fósiles pueden hacer fácilmente esta transición a las microrredes cuya energía es suministrada por el sol.

 
 
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