El precio de las baterías de almacenamiento energético podría caer un 66% hasta 2030

Baterías de almacenamiento energético.

El coste de las baterías de almacenamiento energético para aplicaciones estacionarias podría descender un 66% en 2030, según revela el nuevo informe publicado por la Agencia Internacional de la Energía Renovable (IRENA). Este descenso de precios podría estimular el crecimiento en la instalación de sistemas de almacenamiento, abriendo la puerta a un amplio número de oportunidades comerciales y económicas.

El nuevo informe de IRENA demuestra que los avances tecnológicos y una mayor vida útil de las baterías de almacenamiento energético pueden condicionar el descenso de los precios, estimulando su uso en el sector renovable.

Lanzado durante el Innovation for Cool Earth Forum, celebrado recientemente en Tokio, el informe de IRENA también vaticina que la capacidad de almacenamiento energético podría verse triplicada a nivel mundial si los distintos países duplican la participación de las fuentes renovables en sus sistemas energéticos.

Un momento crucial

A media que las tecnologías de almacenamiento mejoran y los precios caen, las aplicaciones tanto a pequeña como a gran escala pueden crecer significativamente, acelerando su utilización en el sector renovable, según explicó el director general de IRENA, Adnan Z. Amin, quien añadió que estamos en un momento crucial para esta tecnología.

El estudio, que se ha centrado en las aplicaciones estacionarias, destaca que mientras que los sistemas de bombeo hidroeléctrico actualmente dominan el 96% de la capacidad total de almacenamiento de energía instalada a nivel mundial, las economías de escala y os adelantos tecnológicos respaldarán el desarrollo acelerado y la adopción de tecnologías de almacenamiento alternativas, como baterías de ion de litio (Li-ion) y baterías de flujo.

En Alemania los precios han caído un 60%

El almacenamiento de electricidad fijo puede impulsar directamente la descarbonización rápida en otros segmentos clave del uso de energía, como en el sector del transporte, donde la viabilidad del almacenamiento de la batería para vehículos eléctricos está mejorando rápidamente. A finales de 2016, el costo de las baterías de iones de litio había disminuido hasta un 73% para las aplicaciones de transporte desde 2010.

Aunque las baterías Li-ion en aplicaciones estacionarias tienen un costo de instalación mayor que las usadas en los vehículos eléctricos, en Alemania estos sistemas de baterías de iones de litio utilizados a pequeña escala también han visto sus costos totales de instalación caer en un 60% entre el cuarto trimestre de 2014 y el segundo trimestre de 2017.

Un círculo virtuoso

«El crecimiento del uso de baterías de iones de litio en vehículos eléctricos y en el sector del transporte durante los próximos 10 a 15 años es una sinergia importante que ayudará a reducir el precio de batería para aplicaciones de almacenamiento estacionario», explicó Dolf Gielen, director de Innovación de IRENA y autor del informe. «La tendencia hacia la movilidad electrificada también abrirá oportunidades para que los vehículos eléctricos proporcionen servicios de vehículo-red, ayudando a alimentar un círculo virtuoso de energía renovable e integración de almacenamiento.

Para 2030, la vida útil de las baterías de Li-ion también podría aumentar en aproximadamente un 50%, mientras que la cantidad de ciclos completos posible podría aumentar hasta en un 90%. Otras tecnologías de almacenamiento de batería también ofrecen un gran potencial de reducción de costos. Las baterías de «azufre sódico» a alta temperatura podrían ver sus costos disminuir hasta en un 60%, mientras que el costo total de las baterías de flujo podría reducirse en dos tercios para el 2030. Aunque están sujetos a costos iniciales más altos en comparación con otras tecnologías. Las baterías de flujo a menudo exceden los 10.000 ciclos completos, equilibrando los costos con rendimientos de energía de por vida muy altos.

 
 
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