El Centro Común de Investigación (JRC) de la Comisión Europea ha publicado un informe que ofrece un análisis en profundidad de las materias primas críticas para las turbinas eólicas en la UE. El documento señala la dependencia de la industria en las tierras raras (neodimio, disprosio, praseodimio y terbio) para los imanes de alto rendimiento, así como en la madera de balsa para las palas. Además, se identifican vulnerabilidades en la cadena de suministro, junto con oportunidades para mejorar la circularidad y promover el uso de materiales sustitutivos.
La Unión Europea está implementando estrategias integrales para lograr la neutralidad climática para 2050, enfocándose en la expansión de la energía renovable, especialmente la eólica. Para garantizar el suministro seguro y sostenible de las materias primas críticas necesarias para la energía eólica, la UE adoptó la Ley de Materias Primas Críticas (CRMA), que establece objetivos para la extracción, el refinado y el reciclaje de materiales clave, incluidos los utilizados en turbinas eólicas.
Por su parte, la Ley sobre la Industria de Cero Emisiones Netas (NZIA) establece el objetivo de que la UE produzca al menos el 40% de sus necesidades anuales de despliegue de tecnologías estratégicas de cero emisiones netas para el año 2030, incluyendo la energía eólica.
Riesgos en la cadena de suministro de los aerogeneradores
El informe ‘Análisis en profundidad de las materias primas críticas para las turbinas eólicas en la UE‘ ofrece un estudio detallado de las cadenas de suministro de los aerogeneradores, con especial atención a las materias primas. Además, evalúa las dependencias de los materiales, los riesgos en la cadena de suministro y el papel de las estrategias de economía circular para garantizar la sostenibilidad a largo plazo.
La cadena de suministro de turbinas eólicas consta de cinco etapas clave: materias primas, materiales procesados, componentes, conjuntos y superconjuntos. Entre los materiales críticos se encuentran las tierras raras (TER), en particular el neodimio, el praseodimio, el disprosio y el terbio, esenciales para los imanes permanentes utilizados en los generadores. También se incluye la madera de balsa, un componente clave en los álabes de las turbinas.
La cadena de suministro de tierras raras está altamente concentrada: la República Popular China controla más del 90% del procesamiento y la producción de imanes, lo que hace que la UE dependa de un único proveedor dominante. De igual manera, la producción mundial de madera de balsa se concentra casi en su totalidad en Ecuador. Estas dependencias también generan preocupación por las restricciones comerciales y las posibles interrupciones del suministro como riesgos ambientales y económicos.
Se espera que la demanda de materiales para turbinas eólicas aumente significativamente en las próximas décadas. Sin embargo, los avances en la eficiencia de los materiales, el reciclaje y la sustitución podrían mitigar los riesgos de suministro. Las estrategias de economía circular, como la remanufactura, la reparación y el reciclaje de imanes al final de su vida útil, son soluciones clave, pero siguen viéndose obstaculizadas por lagunas regulatorias, falta de infraestructura y barreras financieras.
Impulsar una industria de energía eólica más resiliente
Entre otras medidas políticas, este informe recomienda las siguientes acciones para fortalecer la resiliencia de la cadena de suministro de la UE: diversificar las fuentes de suministro mediante asociaciones con países alternativos y geopolíticamente estables; invertir en el procesamiento y refinación nacional para reducir la dependencia del exterior proveedores; ampliar las capacidades de reciclaje de imanes y componentes de turbinas de tierras raras; y explorar alternativas tecnológicas para reducir la dependencia de materiales críticos, incluidos diseños de imanes avanzados, nuevos materiales compuestos y turbinas innovadoras.
Los resultados del informe pretenden respaldar las acciones políticas actuales y futuras, en particular dentro del Paquete de Energía Eólica de la UE, contribuyendo a una industria de energía eólica europea más resiliente y a un suministro de materiales para la transición energética en la UE más seguro y resiliente en general.