El nuevo servicio de autoconsumo compartido de la ciudad de Barcelona se ha puesto en marcha para poner a disposición de los ciudadanos la energía solar generada en dos instalaciones fotovoltaicas, la pérgola de la plaza de Alfonso Comín y la pérgola de la ronda de Dalt. Esta iniciativa contribuye a la transición energética de la ciudad y da cumplimiento a uno de los objetivos del Plan Clima. En concreto, en la estrategia de impulsar las comunidades energéticas y el autoconsumo compartido, mejorando el acompañamiento y las ayudas para la instalación de placas fotovoltaicas.
Esta iniciativa pone a disposición de la ciudadanía la energía solar generada en dos instalaciones municipales: la pérgola Alfonso Comín y la pérgola ronda de Dalt. La pérgola de la plaza de Alfonso Comín, ubicada en el distrito de Gràcia, cuenta con una potencia instalada de 24,32 kWp y una generación estimada de 30.400 kWh/año. Esta instalación abastecerá 30 hogares por concurrencia pública y 15 hogares más con vulnerabilidad. El ayuntamiento se reserva una potencia de 1,5 kWp para los suministros municipales de la zona.
Por otro lado, la pérgola de la ronda de Dalt está situada en el paseo de la Vall d’Hebron, en el distrito de Horta-Guinardó. Tiene una potencia instalada de 43,25 kWp y una generación estimada de 54.063 kWh/año. Se prevé que dé servicio a 56 hogares provenientes de la convocatoria pública y a 26 hogares con vulnerabilidad. En este caso, el ayuntamiento utilizará una potencia de 2,25 kWp para abastecer suministros municipales del entorno.
Autoconsumo compartido en Barcelona
Esta iniciativa permite compartir energía limpia, sostenible y de proximidad, sin necesidad de que los vecinos hagan ninguna inversión en infraestructura fotovoltaica. Un centenar de usuarios participan ya de esta iniciativa que les ofrece una media de 500 W de energía renovable para el autoconsumo. En este proceso, el Ayuntamiento de Barcelona, a través de la Agencia Local de la Energía, asesora a los beneficiarios del servicio para que hagan un uso racional y útil de la energía compartida y puedan conocer en todo momento sus consumos en el hogar.
Con una duración máxima de cuatro años, este servicio supondrá un ahorro energético significativo, que puede aproximarse al 20% del consumo de un hogar. En función del precio de la energía eléctrica, se podría estimar un ahorro económico de entre 90 y 120 euros al año. El nuevo servicio tiene asociado un precio público de 70 euros anuales por cada 500 W de energía compartida. Este precio está bonificado al 100% para los usuarios vulnerables. La previsión es que los hogares que hagan uso de este servicio puedan ahorrar en torno a 100 y 150 euros anuales en la factura eléctrica.
Una parte de los usuarios con los cuales se comparte energía han sido escogidos con un proceso de concurrencia pública competitiva. Al mismo tiempo, se ha hecho una reserva para familias vulnerables, que no han participado en el proceso de concurrencia y la valoración se ha hecho con criterios sociales.