El informe Empleo Energético Mundial 2025, de la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés), revela que el empleo en el sector energético mundial se está expandiendo dos veces más rápido que la tasa de la economía en general, incluso cuando los cuellos de botella en la mano de obra cualificada plantean riesgos crecientes. En concreto, la fuerte inversión en infraestructura energética impulsó un aumento del 2,2% en los empleos energéticos el año pasado, casi el doble de la tasa de crecimiento del empleo para la economía mundial en general. Según el documento, el sector eléctrico lidera la creación de empleo.
El informe revela que el empleo en el sector energético mundial alcanzó los 76 millones de personas en todo el mundo en 2024, lo que supone un aumento de más de 5 millones respecto a 2019. El sector ha contribuido con el 2,4% de todos los empleos netos creados en la economía mundial durante los últimos cinco años.
Además, el documento destaca las tendencias dinámicas en todo el sector de la energía, así como los cuellos de botella para la mano de obra cualificada en áreas clave.
El sector eléctrico, el mayor empleador
El sector eléctrico lidera la creación de empleo, representando tres cuartas partes del crecimiento reciente del empleo, y en la actualidad es el mayor empleador en el sector energético, superando al suministro de combustibles, destaca el informe.
La energía solar fotovoltaica es un motor clave del crecimiento, complementado por una rápida expansión de la contratación en energía nuclear, redes eléctricas y almacenamiento energético.
Además, según el informe, la creciente electrificación de otros sectores de la economía también está transformando las tendencias de empleo, con un aumento de casi 800.000 puestos de trabajo en la fabricación de vehículos eléctricos y baterías en 2024.
Por su parte, el empleo en combustibles fósiles se mantuvo resiliente en 2024. Los empleos en el sector del carbón repuntaron en India, China e Indonesia, impulsando el empleo en la industria del carbón un 8% por encima de sus niveles de 2019, a pesar de las fuertes caídas en las economías avanzadas. Asimismo, el informe indica que la industria del petróleo y el gas también ha recuperado la mayoría de los empleos perdidos en 2020, aunque los bajos precios y la incertidumbre económica han provocado recortes de empleo en 2025.
Crecimiento del empleo en el sector energético
Según datos preliminares, se espera que el crecimiento del empleo en el sector energético se modere al 1,3% en 2025, lo que refleja la persistencia de mercados laborales ajustados y el aumento de las tensiones comerciales y geopolíticas que están provocando que algunas empresas sean más cautelosas a la hora de contratar.
A pesar del sólido desempeño reciente del sector energético en general, el informe advierte sobre la creciente escasez de mano de obra cualificada. De las 700 empresas, sindicatos e instituciones de formación del sector energético que participaron en la Encuesta de Empleo en Energía de la IEA, más de la mitad informaron de graves obstáculos en la contratación que amenazan con ralentizar la construcción de infraestructura energética, retrasar proyectos y aumentar los costes del sistema.
El informe señala que los puestos técnicos aplicados, como electricistas, instaladores de tuberías, operarios de línea, operadores de planta e ingenieros nucleares, son especialmente escasos. Estas ocupaciones, por sí solas, han añadido 2,5 millones de puestos desde 2019 y ahora representan más de la mitad de la fuerza laboral mundial del sector energético, más del doble de su participación en el empleo total de la economía en general.
Herramientas políticas para impulsar el empleo energético
El informe Empleo Energético Mundial 2025 de la Agencia Internacional de la Energía concluye que las medidas políticas pueden marcar una gran diferencia. Según la Encuesta de Empleo en Energía de la IEA, las principales barreras que impiden a las personas acceder a formación relacionada con la energía incluyen los costes, los salarios no percibidos y el escaso conocimiento de los programas disponibles.
Entre las herramientas políticas eficaces, la IEA incluye incentivos financieros específicos para los estudiantes, la ampliación de los programas de aprendizaje, una mayor participación del sector privado en el diseño curricular y la inversión en centros de formación.
El informe concluye que la capacitación continua dentro del propio sector energético también es esencial. Algunas regiones ya se enfrentan a una disminución del empleo en el sector de los combustibles fósiles, pero una capacitación continua específica podría ayudar a los trabajadores a transferirse a otras partes del sistema energético en crecimiento.
