La Agencia Internacional de la Energía revisa en un informe las políticas energéticas de España

Portada del informe

Dentro de las revisiones periódicas de las políticas energéticas de sus países miembros, la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés) ha publicado el informe ‘España 2021. Revisión de la política energética’, en el que se ofrecen recomendaciones para ayudar a España a gestionar la transformación de su sector energético. El documento establece que España ha avanzado considerablemente hacia su objetivo de alcanzar cero emisiones netas para el año 2050.

El informe de la Agencia Internacional de la Energía analiza los avances de la política energética de España y ofrece recomendaciones. Imágenes: IEA.

No obstante, el informe indica que el futuro debe estar respaldado por políticas estables, una financiación pública adecuada e incentivos para la inversión privada. Desde la última revisión en profundidad en 2015, la Agencia Internacional de la Energía destaca que España ha resuelto el problema de tarifas eléctricas y de gas que no cubren costos, y el avance en el cierre de las minas de carbón, lo que permite al país priorizar la lucha contra el cambio climático y alinear sus objetivos con las ambiciones de la Unión Europea.

Gráfico que muestra el suministro eléctrico de España por fuentes energéticas 2000-2019.

El objetivo español para 2050 de neutralidad climática, establecido en el actual marco de energía y clima, exige que las energías renovables proporcionen el 100% de la electricidad y el 97% en el mix energético total. Las políticas energéticas del país se centran en el despliegue masivo de energías renovables, eficiencia energética, electrificación e hidrógeno renovable.

Si bien la participación de las energías renovables en el sector eléctrico ha aumentado, el informe señala que la combinación energética total de España sigue estando fuertemente dominada por los combustibles fósiles. En concreto, los sectores del transporte, la industria y la construcción tienen un trabajo considerable por delante para cumplir los objetivos del país de penetración y descarbonización de las energías renovables.

Avances en el sector eléctrico

El informe de la IEA revela que España avanza hacia sus objetivos para 2030, especialmente en el sector eléctrico. Después de una caída entre los años 2013 y 2018 debido a la falta de incentivos financieros, las inversiones en energías renovables despegaron de nuevo en 2019. La participación de las energías renovables en el mix eléctrico nacional aumentó del 33% en 2010 al 44% en 2020.

Participación de las energías renovables en la generación eléctrica en España entre los años 2000 y 2019.

España tiene previsto eliminar gradualmente la generación de energía nuclear y de carbón. La eliminación del carbón parece estar bien encaminada, ya que solo proporcionó alrededor del 5% de la generación de electricidad en 2019 y menos de ese porcentaje en 2020. La energía nuclear, que representó el 22% de la generación de energía en 2019, comenzará a eliminarse a partir de 2027. En cuanto a las plantas de ciclo combinado de gas natural, proporcionan alrededor de un tercio de la generación de energía y, según la IEA, serán cruciales para equilibrar un sistema eléctrico que depende en gran medida de las energías renovables variables una vez que el carbón y la energía nuclear hayan abandonado el mercado.

Plan Nacional Integrado de Energía y Clima

El documento estratégico que guiará las políticas energéticas y climáticas de España durante la próxima década es el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) para el período 2021-2030. Sus objetivos para 2030 incluyen: una reducción del 23% en las emisiones de gases de efecto invernadero con respecto a los niveles de 1990; una participación del 42% de las energías renovables en el uso final de la energía; una mejora del 39,5% en la eficiencia energética; y una participación del 74% de las energías renovables en la generación de electricidad, especialmente de la energía eólica y la solar.

Capacidad de potencia instalada en el escenario objetivo de 2030 de España.

A nivel nacional, la ley de transición energética y cambio climático, recientemente aprobada, sitúa la lucha contra el cambio climático y la necesidad de una transición energética en el centro de la economía y la sociedad.

Asimismo, España ha hecho hincapié en el concepto de una transición justa para garantizar que las comunidades de los sectores energéticos tradicionales, en particular la minería del carbón, no se queden atrás. La Estrategia de Transición Justa de España incluye medidas para promover las oportunidades de empleo en la transición energética.

Crecimiento de las energías renovables

La IEA establece que será esencial un marco de remuneración estable a largo plazo para apoyar el crecimiento de las energías renovables, incluido el almacenamiento. La agencia valora que los mecanismos de subasta actualizados de España son un paso en la dirección correcta, y la confianza de los inversores y la disponibilidad de financiación parece encaminada. La ayuda adicional podría venir en forma de permisos y emisión de horarios, y términos de subastas para mejorar la claridad de la inversión.

La participación de las energías renovables en la generación de electricidad en España se acerca a la media de los países miembros de la IEA.

La estrategia de España se centra en las interconexiones, el almacenamiento, la gestión de la demanda y la digitalización. Se están llevando a cabo consultas públicas y procedimientos regulatorios en todas estas áreas, aunque la IEA indica que la emisión de un marco regulatorio será crucial para movilizar inversiones, incluso en tecnologías de próxima generación como el biogás y el hidrógeno. Además, la cooperación con los gobiernos vecinos sobre la capacidad de interconexión también será un elemento clave para utilizar toda la capacidad de producción de España en energías renovables, especialmente con Francia para ampliar la conexión de la Península Ibérica con el resto de Europa.

Más allá del sector eléctrico, para la transformación del sistema energético el Gobierno planea expandir el autoconsumo de energías renovables y la generación distribuida, así como promover el uso de energías renovables en los sectores de la industria y la calefacción. También apoyará la producción de biocombustibles avanzados, gases renovables e hidrógeno.

En general, España tiene previsto avanzar hacia una transformación total del sistema energético, cuyas bases se asentarán en la próxima década. La estrategia a largo plazo proyecta que la electrificación de la economía superará el 50% para 2050.

Mientras España mira hacia un futuro de mayor electrificación de los sectores de uso final y acoplamiento de sectores, la agencia establece que la competitividad de la electricidad frente a los combustibles fósiles será un elemento crítico para lograr los resultados deseados. Apuntan que España debería considerar cambios en su sistema tributario, en particular para incorporar el costo del carbono en los precios de uso final, algo que se acaba de poner en marcha esta semana con el inicio de la tramitación del anteproyecto de ley para corregir el dividendo que reciben las centrales no emisoras como consecuencia de los costes del CO2 en el mercado de derechos de emisión.

Recomendaciones de la Agencia Internacional de la Energía

La Agencia Internacional de la Energía recomienda en su informe asegurar que el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que ya ha sido remitido a Bruselas, apoye el logro de los objetivos energéticos; junto con la mejora de la coordinación con las autoridades regionales y los municipios para implementar las medidas de manera más eficaz.

Interconexiones actuales de España con sus países vecinos. El informe destaca la necesidad de mejorar la capacidad de interconexión eléctrica.

Recomienda apostar por la flexibilidad en el mercado de la electricidad y garantizar señales de precios adecuadas para las inversiones en generación, a través de una mayor interconectividad, la integración continua de los mercados regionales y el desarrollo de la respuesta y el almacenamiento del lado de la demanda.

La IEA también destaca la necesidad de mejorar la capacidad de interconexión eléctrica para impulsar la seguridad del suministro y facilitar mayor integración en el mercado energético europeo; además de revisar y fortalecer periódicamente la ciberresiliencia del sistema energético, probando y simulando escenarios que involucren ciberataques en colaboración con las partes interesadas.

En materia de energías renovables, la IEA considera que España debería seguir de cerca el calendario de subastas previstas para nueva capacidad de generación renovable, y seguir mejorando la claridad y la transparencia de las inversiones para todos los participantes. Entre otras medidas, también recomienda elaborar hojas de ruta e implementar medidas de apoyo para la innovación de las energías renovables y concienciar sobre la necesidad de la transición energética.

Inversiones para la transición energética

La Agencia Internacional de la Energía indica que el sector energético de España se transformará en su totalidad cuando sus planes y estrategias se hayan implementado por completo, cuando los combustibles fósiles ya no sean dominantes y los sectores de usuarios finales estén en su mayoría electrificados, y con la integración del sistema energético.

El actual contexto de recuperación posterior al COVID-19 presenta a España una importante oportunidad para adelantar sus inversiones de transición energética planificadas para los próximos tres años, con los fondos de recuperación de la UE. Las principales áreas del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia para la transición energética se basan en la eficiencia energética, la movilidad sostenible, las energías renovables, las infraestructuras eléctricas, el almacenamiento y la flexibilidad, y el hidrógeno verde. Se contempla el despliegue e integración de energías renovables con una inversión de 3.165 millones de euros en la primera fase del plan, además de 1.365 millones de euros para infraestructuras eléctricas, redes inteligentes y almacenamiento. La IEA insta a que España aproveche esta oportunidad para impulsar sus objetivos energéticos.

 
 
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