Un informe analiza los beneficios potenciales del despliegue completo de la flexibilidad del lado de la demanda en la UE para 2030

portada del informe

En el informe ‘Flexibilidad del lado de la demanda: cuantificación de los beneficios en la UE’, la asociación smartEn – Smart Energy Europe y expertos independientes de DNV han identificado y cuantificado los beneficios de una activación total de la flexibilidad de los edificios, el transporte y la industria en la UE para lograr el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) un 55% en 2030.

El estudio muestra los beneficios de una activación total de la flexibilidad de los edificios, el transporte y la industria en la UE en 2030.

La flexibilidad del lado de la demanda (DSF) significa la capacidad de cualquier usuario activo para reaccionar a señales externas y ajustar su generación y consumo de energía de forma dinámica, también de forma individual a través de la agregación. Puede ser proporcionada por recursos energéticos descentralizados inteligentes, incluida la gestión de la demanda, el almacenamiento de energía y la generación renovable distribuida para respaldar un sistema energético más confiable, sostenible y eficiente.

El papel de la flexibilidad del lado de la demanda

A medida que la UE se encamina hacia un sistema energético descentralizado y digitalizado, se necesitan soluciones nuevas e inteligentes para gestionar la cada vez mayor combinación de generación variable manteniendo la asequibilidad y la seguridad del suministro. La flexibilidad del lado de la demanda es un elemento clave en el logro de estos objetivos.

El despliegue de la flexibilidad del lado de la demanda se traducirá en beneficios para los consumidores.

No obstante, la activación de la flexibilidad de los consumidores todavía enfrenta barreras regulatorias, sobre todo debido a la demora en la implementación por parte de los Estados miembros del Diseño del Mercado Eléctrico. Según el informe, la DSF aún carece de visibilidad como una solución confiable, eficiente y respetuosa con el clima porque su potencial nunca ha sido cuantificado sistemáticamente, lo que provoca que sea una solución pasada por alto con frecuencia en las decisiones políticas.

Ante este escenario, la asociación smartEn encargó un estudio de expertos de DNV para cuantificar los beneficios potenciales de un despliegue completo de DSF en la UE para 2030. Este documento tiene la intención de informar sobre cómo lograr una reducción del 55% de GEI en 2030 de forma rentable para el conjunto del sistema energético y para los consumidores.

Estudio de dos escenarios

El estudio explora dos escenarios, ‘DSF’ y ‘no-DSF’. Ambos tienen la misma cantidad de activos flexibles, pero en el escenario DSF estos activos son totalmente elásticos en función del precio. El beneficio total estimado representa un valor para la oportunidad que podría ser perdido al no activar el nivel de flexibilidad.

El informe ha analizado dos escenarios, implementando la flexibilidad del lado de la demanda y sin ella.

Para cuantificar los beneficios potenciales de la flexibilidad por el lado de la demanda, DNV ha modelado tecnologías DSF como parte del sistema eléctrico europeo. En concreto, la recarga inteligente, el vehículo eléctrico, las baterías detrás del contador (BTM), la respuesta del lado de la demanda industrial (DSR), la calefacción eléctrica de espacios residenciales, la calefacción eléctrica industrial, la calefacción urbana (calor y electricidad combinados) y la calefacción industrial – cogeneración. La energía solar fotovoltaica detrás del contador también se considera en el modelo, aunque no está modelada como un activo controlable activo, sino como generación fotovoltaica no restringible.

Activación completa de flexibilidad del lado de la demanda

En un escenario de activación completa de flexibilidad del lado de la demanda, el informe analiza beneficios al por mayor, para la seguridad del suministro, para la red de distribución y para los consumidores.

Beneficios al por mayor de DSF con la activación completa de flexibilidad del lado de la demanda.

En cuanto a los beneficios al por mayor, el modelo estima en el año 2030 un total de 164 GW de potencia flexible hacia arriba y 130 GW de energía flexible hacia abajo. Con una activación de 397 TWh de DSF ascendente y 340,5 TWh de DSF descendente, se muestra un ahorro de 4.600 millones de euros (5%) gracias a los menores costes para generar electricidad en comparación con un escenario sin DSF. El sistema eléctrico podría atender toda la demanda durante todo el año, ahorrando 9.000 mil millones de euros en ‘carga perdida’ no servida por la generación disponible.

Según el estudio de smartEn, la reducción de energías renovables sería de 15,5 TWh, un 61% menos, mejorando la economía de las energías renovables y la disponibilidad de electricidad descarbonizada para los consumidores. En concreto, se ahorrarían 37,5 millones de toneladas (Mt) de emisiones de GEI anuales, el 8%, por lo que el sector eléctrico podría superar el objetivo del 55% para 2030.

Beneficios para la seguridad de suministro y la red de distribución

El modelo propuesto en el informe sugiere que al sistema energético le faltarían al menos 60 GW de capacidad de generación en 2030 para garantizar la seguridad del suministro durante los picos de demanda más elevados. El cambio de carga y la reducción de la carga permitirían al sistema mantener la seguridad del suministro mediante el cumplimiento de la falta de capacidad de generación. Los expertos de DNV proponen que habilitar 60 GW de DSF ahorraría 2.700 millones de euros al año, en comparación con la instalación de 60 GW de capacidad de generación pico. La activación de las tecnologías DSF en el mercado europeo de balance en 2030 podría ahorrar un total de 262 a 690 millones de euros en toda la UE, lo que supone un ahorro de costes de energía del 43% al 66%.

Enfoque propuesto para la cuantificación de los beneficios de la infraestructura.

Respecto a los beneficios para la red de distribución, se ahorrarían entre 11.100 y 29.100 millones de euros en necesidades de inversión en la UE entre 2023 y 2030. Esto representa entre el 27% y el 80% de la previsión actual de necesidades de inversión (entre 253.100 y 282.500 millones de euros) entre 2023 y 2030, en inversiones en redes de distribución de baja y media tensión para integrar nuevas cargas y capacidad de energías renovables.

El informe también defiende que el pleno despliegue de la flexibilidad por el lado de la demanda se traducirá en beneficios para los consumidores con activos flexibles, así como como beneficios indirectos a través de precios de la electricidad y menores costos de la red, más de 71.000 millones de euros (64 %) al año sobre el consumo eléctrico de los consumidores.

También se contemplan más de 300.000 millones de euros en beneficios anuales indirectos para las personas, comunidades y negocios, que resultarían de las reducciones en los precios de la energía en su conjunto, los costos de capacidad de generación, necesidades de inversión para la infraestructura de red, equilibrio de costes del sistema y emisiones de carbono.

Recomendaciones del informe

El informe recomienda desarrollar una metodología común para cuantificar los potenciales ahorros de infraestructura resultantes de un despliegue completo de la flexibilidad del lado de la demanda por Estado miembro, así como mejorar la transparencia en el despliegue actual de la DSF en mercados mayoristas y de balance en toda la UE.

El estudio advierte de no subestimar la flexibilidad del lado de la demanda, ya que cuenta con un alto impacto potencial hacia un sistema eléctrico eficiente y limpio.

Otras recomendaciones hacen referencia a evaluar y mitigar cualquier regulación económica y/o retos de negocio que puedan causar cuellos de botella; analizar qué diseño de mercado holístico pueden lograr los resultados óptimos de la implementación de la DSF para la combinación tanto de mercados como de infraestructura; investigar el potencial de eficiencia energética resultante del despliegue de la flexibilidad del lado de la demanda; e investigar el impacto de más despliegue de la DSF a gran escala sobre el potencial de inversión para la generación de energías renovables.

El informe ‘Flexibilidad del lado de la demanda: cuantificación de los beneficios en la UE’, de smartEn y DNV, pretende servir de apoyo para la investigación sobre los beneficios de DSF, con el fin de lograr los objetivos finales de proporcionar suministros seguros y accesibles de energía limpia asequible para todos los consumidores de la UE. Los resultados del estudio destacan la advertencia de no subestimar la flexibilidad del lado de la demanda dado su enorme impacto potencial hacia un sistema eléctrico eficiente y limpio.

 
 
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