El Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid (ICMM-CSIC) lidera Adaptation, un proyecto europeo que creará dispositivos que absorberán la energía solar para convertirla en electricidad a la vez que serán capaces de enfriarse por sí mismos. La iniciativa, que ya ha establecido con éxito las bases teóricas y el diseño de sus componentes principales, avanza en sus resultados tras su primer año.
El pasado mes de marzo, la iniciativa celebró su primera reunión anual en la sede central del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en Madrid, y contó con la asistencia presencial de 22 miembros de nueve instituciones socias. El encuentro sirvió como un momento clave para reforzar la estrategia del proyecto: integrar la captación de energía solar y la regulación térmica en una sola capa, como base esencial para habilitar futuras aplicaciones.
Además del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (con el ICMM-CSIC y el Instituto de Óptica), las entidades que participan en el proyecto son la Universidade do Minho, el Laboratorio Ibérico Internacional de Nanotecnología, la Universidad de Vigo, la empresa Avanzare Innovation Tecnologica SL y la compañía Cooling Photonics, la Universidad de Estrasburgo (Francia), la Universidad de Utrecht (Países Bajos) y la empresa Sunplugged-solare Energiesysteme GMBH (Austria).
Nuevo enfoque para la captación de energía solar y gestión térmica
El proyecto Adaptation, que ha recibido 3,6 millones de euros a través de las ayudas Pathfinder de la Unión Europea, está desarrollando un nuevo enfoque para la captación de energía solar y la gestión térmica. Inspirado en la naturaleza y en procesos como la fotosíntesis, los equipos de trabajo combinarán ambas funciones en un único material de fácil integración. En lugar de depender de estructuras complejas y multicapa, Adaptation propone una solución simplificada que incorpora todas las funcionalidades en un solo compuesto. Esto permite una tecnología más escalable y adaptable, capaz de ajustarse a la diversidad geográfica y a los futuros impactos climáticos.
En los próximos 18 meses, los esfuerzos se centrarán en traducir las bases teóricas y de diseño de sus componentes principales en dispositivos de prueba de concepto, validando su rendimiento en condiciones reales.