La Comisión Europea ha adoptado la primera lista de 13 proyectos estratégicos sobre materias primas estratégicas ubicados fuera de la UE, incluidos países o territorios de ultramar. Diez de estos proyectos se centran en materias primas estratégicas esenciales para vehículos eléctricos, baterías y sistemas de almacenamiento de baterías, como el litio, el níquel, el cobalto, el manganeso y el grafito. Y dos proyectos estratégicos abarcan la extracción de tierras raras, elementos clave en la producción de imanes de alto rendimiento utilizados en turbinas eólicas o motores eléctricos para tecnologías de energías renovables y electromovilidad.
En combinación con los tres proyectos estratégicos de la Unión Europea que abarcan el procesamiento de tierras raras, estos proyectos estratégicos adicionales podrán aumentar la seguridad del suministro de tierras raras a la UE.
Asimismo, los proyectos estratégicos abarcan el cobre, utilizado desde la red eléctrica hasta la microelectrónica, el tungsteno y el boro, empleados en los sectores de la automoción, las energías renovables, la industria aeroespacial y la defensa.
Electromovilidad y energías renovables
De los 13 proyectos seleccionados, siete están ubicados en Canadá, Groenlandia, Kazajstán, Noruega, Serbia, Ucrania y Zambia, con quienes la UE tiene una asociación estratégica sobre cadenas de valor de materias primas; y los restantes están ubicados en Brasil, Madagascar, Malawi, Nueva Caledonia, Sudáfrica y el Reino Unido.
Esta lista de 13 proyectos estratégicos en terceros países complementa la lista de 47 proyectos estratégicos de la UE adoptada en marzo de 2025. En total, los 60 proyectos estratégicos contribuirán a la competitividad de la industria europea, en particular de sectores como la electromovilidad y las energías renovables.
Proyectos estratégicos en terceros países
Los proyectos seleccionados en terceros países han sido evaluados por expertos independientes para garantizar que cumplieran con los criterios establecidos en la Ley de Materias Primas Críticas, que entró en vigor en mayo de 2024, en particular en lo que respecta a las normas ambientales, sociales y de gobernanza, así como a la viabilidad técnica. Además, los proyectos debían ser mutuamente beneficiosos y aportar beneficios tanto a la UE como a los terceros países implicados. Y debían demostrar su potencial para contribuir a la seguridad del suministro de la UE, por ejemplo, mediante acuerdos de compra con las industrias europeas de transformación.
En cuanto a los beneficios para los proyectos estratégicos seleccionados, se beneficiarán del apoyo coordinado de la Comisión Europea, los Estados miembros de la UE y las instituciones financieras, facilitando el acceso a la financiación y el contacto con los compradores pertinentes.
Se estima que los 13 proyectos estratégicos fuera de la UE necesitarán una inversión total de capital de 5.500 millones de euros para iniciar sus operaciones. A su vez, la Comisión Europea reforzará la cooperación con los terceros países interesados para garantizar el desarrollo de dichos proyectos, especialmente a través de las asociaciones estratégicas ya celebradas con algunos de estos países sobre las cadenas de valor de las materias primas.