Situar a los prosumidores y a los ciudadanos en el centro de la transición energética en Europa ha sido el objetivo del proyecto PROSEU (PROSumers for the Energy Union), financiado por el programa de investigación Horizonte 2020 con 314.000 euros. El proyecto busca ayudar a la Unión de la Energía a lograr su objetivo de capacitar a los ciudadanos para que interactúen con el mercado energético como prosumidores.
Los prosumidores son usuarios activos de energía que producen y consumen energía a partir de fuentes de energías renovables. La transición hacia un futuro con bajas emisiones de carbono basado en renovables otorga un nuevo papel a los ciudadanos, ya que los consumidores pasivos de energía se convierten en ciudadanos activos como productores de energía.
PROSEU defiende la participación ciudadana, la inclusión y la transparencia en la Unión de la Energía, una estrategia de la Comisión Europea que tiene como objetivo la energía accesible, asequible, segura, competitiva y sostenible para todos los europeos.
El proyecto ha sido coordinado por FCiência.ID – Asociación para la Investigación y el Desarrollo de las Ciencias en Portugal. En el consorcio han participado once socios (universidades, ONGs, institutos de investigación y consultorías) de diferentes países europeos: Portugal, Alemania, Reino Unido, Países Bajos, Croacia y España. El socio español es la asociación ambiental Eco-union.
Recomendaciones políticas
El proyecto PROSEU se ha llevado a cabo entre marzo de 2018 y febrero de 2021. A lo largo de estos años ha trabajado para estudiar, apoyar y expandir el concepto de «prosumerismo»: ciudadanos que producen, consumen e incluso venden su propia energía renovable.
El consorcio ha trabajado con iniciativas de prosumidores de toda Europa y ahora propone recomendaciones políticas concretas. Las recomendaciones de PROSEU ‘Fomentar el autoconsumo de energía por y para las personas’ pretenden reforzar el autoconsumo y las comunidades energéticas en los Estados miembros y en la Unión Europea. El documento sostiene que el escenario está listo para el prosumerismo, que tiene el potencial de contribuir en gran medida a los objetivos de neutralidad climática y hacer que la transición energética sea socialmente inclusiva y beneficiosa para todos.
PROSEU ofrece propuestas concretas para los responsables de la formulación de políticas nacionales. El informe recomienda garantizar la transposición rápida y adecuada de las disposiciones europeas sobre las comunidades energéticas, y sugiere dos propósitos específicos para 2030: un objetivo de capacidad o energía fotovoltaica sobre cubierta que debería establecerse en relación con el potencial fotovoltaico técnico sobre cubierta en cada Estado miembro, en el mejor escenario en torno al 50% en el horizonte 2030; y un objetivo de la comunidad energética que debería ser una parte del objetivo nacional total de energías renovables.
Otras recomendaciones se basan en crear un marco de apoyo y rendición de cuentas en materia energética, garantizar la participación de los prosumidores y de las comunidades energéticas en los procesos de gobernanza, así como garantizar la viabilidad económica del autoconsumo. Para esto último, se proponen cambios en las políticas que contribuirían a crear modelos de negocio más viables e innovadores para el prosumerismo colectivo, con planes de incentivos, tarifas de red, infraestructura inteligente, impuestos y gravámenes, códigos y licencias de proveedores.
Hojas de ruta
El consorcio PROSEU también ha elaborado una hoja de ruta para la integración del prosumerismo hasta 2030 y 2050. Este informe presenta los resultados de un proceso participativo en el que se exploraron múltiples vías de desarrollo y los futuros modelos de negocio de los prosumidores, las dinámicas sociales y los sistemas técnicos con una amplia gama de partes interesadas.
En el documento se presentan diez hojas de ruta diferentes, cada una de las cuales prioriza distintas cuestiones. La primera de ellas se basa en el prosumerismo local otorgando el protagonismo a la participación ciudadana. Los momentos clave en esta hoja de ruta incluyen una alta reducción de consumo de energía y la introducción de una tecnología de almacenamiento mejorada. Por su parte, la segunda hoja de ruta se basa en el prosumerismo como empresa social, en la que los pequeños actores están bien establecidos en un mercado de prosumidores competitivo. La digitalización, la medición inteligente y la adquisición de datos juegan un papel clave en el desarrollo de este futuro.
La tercera hoja de ruta consiste en el prosumerismo como oportunidad comercial, donde las grandes empresas tienen un fuerte dominio del mercado, y la cuarta en el prosumerismo impulsado por el municipio, en el que las localidades juegan un papel clave.
En cuanto a la quita hoja de ruta, se basa en emancipar el prosumerismo desvinculando a determinados grupos, mientras que la sexta se fundamenta en el prosumerismo en red, las iniciativas de prosumidores promueven colectivamente la transferencia de conocimientos y la sensibilización.
Por último, la hoja de ruta número 7 se apoya en el prosumerismo profesionalizado, la octava aborda un futuro con un menú de opciones de prosumidores disponible para la energía, la novena en el prosumerismo bajo demanda y la décima en el prosumerismo inteligente, con un sistema energético altamente digitalizado y conectado.
Para el diseño de la nueva red eléctrica, el documento destaca la necesidad de mayor flexibilidad y de grandes inversiones para permitir una mayor capacidad de transporte, conexión de microrredes e integración del almacenamiento. Además, incide en la importancia de la flexibilidad del lado de la demanda.
Documentos y recursos
Durante sus tres años de trabajo, el proyecto PROSEU ha elaborado numerosos recursos que se pueden consultar en su web. Entre otros informes, destaca el documento que analiza la situación actual de los colectivos de prosumidores, con recomendaciones para la transposición de las directivas de la UE a la legislación nacional; o el documento de revisión en el que los socios del proyecto identificaron y analizaron los marcos regulatorios y los instrumentos de política relevantes para las iniciativas de prosumidores en los nueve países participantes, cuyos resultados muestran que el marco jurídico actual a nivel de la UE representa una clara oportunidad para los prosumidores colectivos. Además, los investigadores del proyecto exploraron nuevos modelos de negocio que los prosumidores están implementando en Europa y que son recogidos en un informe.
A su vez, PROSEU ha desarrollado 15 Living Labs durante dos años en nueve países de la UE (Bélgica, Croacia, Francia, Alemania, Italia, Portugal, España, Países Bajos y Reino Unido). En general permitieron abordar un enfoque sólido para comprender la dinámica de múltiples partes interesadas en el prosumerismo, y llevar a un primer plano nuevos conocimientos sobre cómo se transforman las reglas e incentivos del sistema energético, y cómo estos procesos pueden promover la integración del prosumerismo en la transición energética.
Finalmente, en Prosumer Inspiration Day, celebrado en febrero, se presentaron los principales resultados del proyecto PROSEU. El evento contribuyó a crear conciencia sobre el potencial del prosumerismo y las comunidades energéticas a mayor escala, y defendió una transición energética impulsada por los ciudadanos.