Un nuevo informe analiza el papel del consumidor y de la gestión de la demanda en la transición energética

portada del informe

Un estudio publicado por Fundación Naturgy y elaborado por PWC señala que las figuras del autoconsumo compartido y de los agregadores de demanda extenderán el empoderamiento que los consumidores han adquirido gracias al despliegue de las instalaciones de autoabastecimiento con energía solar fotovoltaica.

El estudio destaca que que el autoconsumo compartido y los agregadores de demanda impulsarán el papel del ciudadano en la transición energética.

Bajo el título ‘El papel del consumidor y la gestión de la demanda en la transición energética‘, el estudio sostiene que el autoconsumo compartido y los agregadores de demanda impulsarán el papel del ciudadano en la transición energética. El informe señala, asimismo, la necesidad de seguir trabajando en nuevas medidas regulatorias y en la simplificación de las tramitaciones para avanzar en la implantación de estos mecanismos, pero recuerda que se seguirán requiriendo otras medidas de flexibilidad y estabilidad del sistema ante la transformación del sector.

Este nuevo documento forma parte de las actividades que la Fundación Naturgy realiza sobre temáticas relacionadas con la energía, para promover el uso racional de los recursos energéticos y fomentar un desarrollo sostenible.

Flexibilidad del sistema energético

El crecimiento del autoconsumo solar en nuestro país se ha multiplicado por 2,5 desde 2018, gracias a los nuevos desarrollos normativos y las ayudas recogidas en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, destaca el estudio.

El autoconsumo, junto a los sistemas de almacenamiento y a la figura de los agregadores de demanda, serán los principales mecanismos con los que contará el consumidor para contribuir a la flexibilidad del sistema eléctrico y a la integración de las energías renovables.

Desde PWC destacan que la implantación de estos nuevos modelos tendrá que ir acompasada con el desarrollo de la normativa e, incluso, es bueno que sea ordenada, para ver qué impacto tiene en la gestión de la red.

Autoconsumo compartido

El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) estima que para 2030 la capacidad instalada de autoconsumo solar representará el 5,5% de la capacidad total instalada y cubrirá el 5,6% del total de la demanda eléctrica estimada para ese año.

Ante estas previsiones, los autores del estudio destacan la necesidad de dotar al sistema energético de más herramientas, como la generación convencional o el almacenamiento a gran escala, para proporcionarle mayor flexibilidad y estabilidad de cara a la transición energética.

En el ámbito del consumo compartido, la opción más avanzada de las comunidades energéticas permitirá a varios consumidores-productores intercambiar sus excedentes de energía. El documento señala que en España las comunidades energéticas están menos desplegadas que en otros países europeos debido, especialmente, a la necesidad de un modelo regulatorio que las contemple y la aparición de los modelos de negocio que las hagan viables. Según datos del informe, en nuestro país existen solo 33 comunidades energéticas, mientras que Alemania cuenta con 1.750, seguida de Dinamarca con 700 y Países Bajos con 500.

Gestión de la demanda

Por otro lado, la regulación de la gestión de la demanda en España y el despliegue posterior de soluciones que la permitan llevar a cabo van a ser unos factores muy importantes a la hora de encontrar el equilibrio entre el despliegue e integración de las energías renovables y la electrificación del sector energético, según el estudio.

Esta figura será decisiva para que el consumidor dé un paso adelante a la hora de regular su consumo llevándose algún tipo de beneficio a cambio, desde simplemente conseguir ahorro en su factura eléctrica hasta participar de manera activa, a través de un tercero, en los mercados eléctricos. El informe recuerda que actualmente, el referente más similar que podría encontrarse en España son los mecanismos de interrumpibilidad para grandes clientes industriales.

A diferencia de otros países de su entorno, España aún necesita una regulación propia que defina los mecanismos que permitan a los agregadores de la demanda participar en el mercado mayorista de electricidad, por lo que se espera un largo recorrido para posicionar esta figura como una nueva herramienta, tanto para responder a las necesidades de los consumidores como de la transición energética.

 
 
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