El proyecto europeo REACT trabaja para lograr la independencia energética de las islas

Proyecto REACT

La iniciativa europea REACT (Renewable Energy for self-sustAinable island CommuniTies) trabaja para lograr la independencia energética de las islas a través de la generación y el almacenamiento de energía renovable, una plataforma de respuesta a la demanda y la promoción de la participación de los usuarios en una comunidad energética local. REACT está desarrollando un modelo técnico y comercial para demostrar que el despliegue a gran escala de fuentes de energía renovable (RES) y activos de almacenamiento junto con una plataforma de TIC para permitir una red inteligente integrada y digitalizada puede llevar beneficios económicos y ambientales a las islas.

El proyecto REACT desarrolla una tecnología para una red inteligente, integrada y digitalizada en las islas.

El objetivo es alcanzar una autonomía energética potencial del 100%, un 60% de reducción potencial de las emisiones de gases de efecto invernadero, un 10% de ahorro de energía y una estrategia cooperativa de gestión energética. Una vez finalizado el proyecto en 2023, se propondrá que las instalaciones sean gestionadas mediante una comunidad energética local para lograr la independencia energética de las islas participantes.

En julio se celebró una reunión con la comunidad de La Graciosa para explicar el estado del proyecto REACT.

Financiado por el programa Horizonte 2020 de la Unión Europea con cerca de 9 millones de euros, el proyecto REACT cuenta con un consorcio integrado por 25 empresas de 11 países de Europa: España, Irlanda, Países Bajos, Alemania, Austria, Suecia, Italia, Reino Unido, Grecia, Serbia y Francia. El coordinador del proyecto es Veolia Serveis Catalunya, y también participan otros socios españoles: Fenie Energía, el centro tecnológico Tekniker, Suministros Orduña, Albufera Energy Storage, Comet Gesinco y la Asociación Provincial de Industriales de la Electricidad y Telecomunicaciones de Las Palmas.

Redes eléctricas más ecológicas y estables en las islas

Las energías renovables están llamadas a renovar el consumo energético en las islas, en las que el coste puede llegar a ser hasta un 400% más elevado que en la península debido a su dependencia del mercado energético y en las que se incrementa la emisión de gases contaminantes por su dependencia del uso de combustibles fósiles. Las islas geográficas sufren varias barreras en el modelo de red eléctrica tradicional, lo que afecta a su seguridad energética.

Infografía creada por Midac, uno de los socios del proyecto, que muestra las ventajas de las energías renovables y los sistemas de almacenamiento.

La implementación de fuentes de energías renovables (RES, por sus siglas en inglés), como la fotovoltaica, está condicionada por la falta de soluciones que garanticen una gestión eficaz y flexible que se adapte a parámetros como los cambios meteorológicos y poblacionales de las islas. En este contexto, predecir, controlar y gestionar los perfiles de carga variable es clave. Si se combina con la tecnología de almacenamiento de energía y una mayor proporción de energía renovable, las islas podrían disfrutar de redes eléctricas más ecológicas, estables y resistentes. Para ello el proyecto REACT apuesta por una red eléctrica inteligente, integrada y digitalizada.

Tres islas piloto y cinco islas seguidoras

El proyecto REACT se implementará durante cuatro años y medio (comenzó en enero de 2019 y terminará en junio de 2023) en tres pequeñas islas piloto de tamaños similares pero con diferentes regiones climáticas, infraestructuras energéticas, requisitos de red y contextos de mercado. Se trata de la isla de La Graciosa en Canarias (España), la isla de Inis Mór en las Islas Aran (Irlanda), y la isla de San Pietro en Cerdeña (Italia).

La isla de La Graciosa (España), San Pietro (Italia) e Inis Mór (Irlanda) son las tres islas piloto de REACT.

Para la demostración del proyecto, la isla española de La Graciosa cuenta con 22 viviendas residenciales preseleccionadas, y un alcance potencial de hasta 270 viviendas en el archipiélago de La Graciosa y Canarias. En San Pietro se han preseleccionado 30 viviendas residenciales y edificios comunitarios con un alcance potencial de hasta 2.300 viviendas en San Pietro y la región de Cerdeña. Mientras que en Inis Mór la demostración del proyecto dispone de una preselección de 24 viviendas residenciales y edificios comunitarios, con un alcance potencial de hasta 450 viviendas en las islas Aran y en la costa oeste de Irlanda.

En concreto, se está desarrollando una solución ajustada a cada una de las tres islas piloto para que puedan producir el 100% de su electricidad a partir de energías renovables. Esta solución, que será probada y validada en cada isla, incluye el desarrollo de una plataforma de TIC, y la implementación de generación distribuida, sistemas de almacenamiento, y gestión activa de la demanda. El objetivo es optimizar, apoyándose en la plataforma, la relación entre demanda y generación energética que proviene de varias fuentes distribuidas, empleando una gestión activa de la demanda, tanto automática como manual.

Con la escala contemplada, de pequeñas islas de tan solo unos miles de habitantes, el reto de gestionar la energía parece abarcable. Sin embargo, puede complicarse al operar en comunidades de mayor tamaño. De esta forma, además de abarcar las tres pequeñas islas piloto, el proyecto presentará un plan de escalabilidad a otras cinco islas de mayor tamaño en una fase más avanzada del proyecto, en Lesbos, Gotland, Isla de Wight, La Reunión y Mallorca. Estas cinco islas denominadas seguidoras permitirán a los socios desarrollar planes viables de reproducción a gran escala que medirán los beneficios socioeconómicos del proyecto, ayudarán a definir el plan de replicabilidad para escalar la solución, que se estudiará mediante simulaciones. Además, se incluirá la metodología de análisis y ajuste del control optimizado y la estrategia de gestión activa de la demanda.

Plataforma en la nube que predice y controla la demanda de energía

Uno de los socios españoles del proyecto es el centro tecnológico Tekniker, que ha participado en el desarrollo, en el marco de REACT, de una solución en la nube para controlar la demanda de energía en base al análisis de diferentes variables como el consumo energético en las viviendas, la producción de energía fotovoltaica, la climatología o los cambios poblacionales.

Tekniker ha participado en el desarrollo de una plataforma en la nube que predice y controla la demanda de energía de las islas.

Tekniker ha participado en el desarrollo de esta plataforma en la nube que predice y controla la demanda de energía de las islas a través de diferentes servicios analíticos basados en técnicas de modelizado físico, modelos de control predictivo, inteligencia artificial y aprendizaje automático. Con estas técnicas, la plataforma facilita una gestión más eficiente de la energía generada y almacenada. El objetivo es maximizar el uso de la energía limpia generada y automatizar la operación de los equipos para alinear generación y consumo tanto a nivel individual como de comunidad.

La interacción de los usuarios con la plataforma se realiza mediante el uso de una aplicación móvil, también disponible en web, mediante la que se puede monitorizar el estado de la instalación y recibir notificaciones y recomendaciones para la toma de decisiones en la flexibilidad del consumo de energía.

En concreto, en Tekniker han desarrollado las interfaces de visualización de la app y la web. La aplicación móvil está enfocada a proporcionar al usuario una herramienta de visualización de las instalaciones y una vía de participación en la gestión flexible de la energía mediante recomendaciones, mientras que la web se dirige a un perfil gestor de energía para monitorizar el estado del conjunto de instalaciones que forman parte de la comunidad.

El proyecto REACT finalizará en 2023. Se espera que su replicación ayude a facilitar la implementación e integración de las energías renovables en los sistemas energéticos isleños. Los consumidores finales podrán esperar beneficios económicos y medioambientales, y los operadores de la red eléctrica, beneficios en cuanto a flexibilidad, seguridad y estabilidad de la red.

 
 
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