CINEA analiza los beneficios y retos del hidrógeno y los proyectos destacados en la Unión Europea

Publicación Cinea.

El hidrógeno, como fuente de energía limpia y versátil, está ganando protagonismo en Europa por su potencial de descarbonización y su papel clave en la transición energética de sectores difíciles de electrificar, como la industria pesada, el transporte de larga distancia, la aviación y el transporte marítimo. Es una de las conclusiones que destaca la publicación ‘Hidrógeno en la UE: Apoyando la transición de Europa hacia la neutralidad climática’, elaborada por la Agencia Ejecutiva Europea de Clima, Infraestructura y Medio Ambiente (CINEA). El texto aborda los beneficios, retos y proyectos relacionados con el hidrógeno en la UE.

El hidrógeno avanza en Europa como fuente clave para la transición energética, aunque enfrenta retos técnicos, económicos y normativos.

El análisis destaca que mediante el uso de hidrógeno se puede reducir de manera significativa la emisión de gases de efecto invernadero y mejorar la calidad del aire en centros urbanos, lo que tiene un impacto directo en la salud y el bienestar de la población. Además, la integración del hidrógeno en estos sectores críticos apoya el cumplimiento de los objetivos climáticos europeos.

La producción y utilización de hidrógeno también fortalece la resiliencia económica, mientras que las inversiones en infraestructuras de hidrógeno pueden favorecer el desarrollo económico de regiones en proceso de transición industrial y contribuir a una distribución más equilibrada de oportunidades dentro de la Unión Europea. Al fomentar el establecimiento de valles de hidrógeno y fortalecer las cadenas de suministro locales, se promueve el desarrollo regional y la diversificación económica.

En materia de seguridad energética, el informe destaca que el hidrógeno permite almacenar electricidad renovable a gran escala y ofrece una alternativa nacional frente a la importación de combustibles fósiles. Esta capacidad disminuye la dependencia de proveedores exteriores, contribuye a la estabilidad de los precios energéticos y ayuda a construir un sistema energético europeo más flexible. Y añade que las soluciones basadas en hidrógeno, como vehículos y sistemas de calefacción, ofrecen alternativas limpias a las tecnologías tradicionales, facilitando la participación activa de ciudadanos y empresas en la transición hacia una economía verde.

Desafíos en la cadena de valor del hidrógeno

Pese a los avances, el ánálisis destaca que el despliegue del hidrógeno enfrenta varios retos. Existen desafíos técnicos, como la presencia de impurezas en el gas de síntesis obtenido de biomasa, la limitada vida útil de las celdas de combustible, la baja eficiencia de ciertos electrolizadores o el rendimiento mejorable de algunos catalizadores. Todos ellos factores que afectan a la fiabilidad y eficiencia de las aplicaciones basadas en hidrógeno.

En el plano económico, los elevados costes de producción y la fuerte inversión inicial, especialmente en catalizadores de metales preciosos, dificultan la adopción generalizada de la tecnología. La falta de una demanda consolidada y de incentivos financieros limita la escalabilidad y ralentiza la aceptación por parte del mercado.

Además, el informe recuerda que el marco normativo en la Unión Europea aún está en proceso de consolidación. La ausencia de reglas claras y previsibles genera incertidumbre para los inversores, que encuentran dificultades para planificar inversiones en producción, redes de transporte e infraestructura de hidrógeno a gran escala. Esta situación afecta a la viabilidad comercial a largo plazo.

Y el texto también indica que existen cuestiones ambientales a considerar, como el consumo de agua durante la electrólisis y la necesidad de fuentes adicionales de energía renovable, especialmente en aplicaciones como la aviación, donde los efectos indirectos pueden ser relevantes.

Proyectos de hidrógeno en Europa

Para afrontar estos desafíos, CINEA apoya proyectos de investigación avanzada, demostración industrial y desarrollo de infraestructuras habilitadoras. El objetivo es que la Unión Europea alcance la producción de 10 millones de toneladas de hidrógeno renovable anuales para 2030 y establezca una economía del hidrógeno competitiva y resiliente.

Basándose en esto, CINEA gestiona un portafolio de 229 proyectos de hidrógeno en Europa, que suman más de 5.600 millones de euros en apoyo comunitario. Estas iniciativas incluyen desde calefacción local y electrólisis a escala industrial hasta redes energéticas de hidrógeno y corredores de movilidad limpia. Los proyectos se agrupan en categorías estratégicas: producción de hidrógeno mediante diversas técnicas, utilización como materia prima en combustibles alternativos, infraestructuras para redes de energía y aplicaciones en la movilidad. Muchos son intersectoriales, integrando múltiples usos y apoyando la estrategia de integración del sistema energético europeo.

 
 
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